miércoles, 9 de julio de 2014

EL PROBLEMA DEL SUFRIMIENTO

Desde la creación, y posterior caída del hombre, la vida tanto humana como de seres inferiores, ha estado marcada por un estado, tanto físico como mental y espiritual, por el sufrimiento, ¿cómo explicar este fenómeno, dentro del diseño inteligente de un SER que la Biblia nos dice que es infinito en misericordia, bondad y justicia? ¿Cuál es la respuesta correcta a tan tremendo misterio?

Algunas opiniones comunes:

A.- Dios no existe, pues si existiese el Dios de la Biblia, benévolo y misericordioso, el sufrimiento no existiría.

B.- Somos producto de la naturaleza y por lo tanto el sufrimiento está intrínsicamente ligado a su evolución en la que sobreviven los mas fuertes o mas aptos.

C.- Si Dios existe, algunas cosas, incluyendo el sufrimiento, se escaparon de sus planes, es decir, no lo hizo todo bien.
D.- Si Dios existe, y todo lo ha hecho bien, el sufrimiento encaja en sus planes y tiene un propósito.

Esta posición es la bíblica o teológica.
¿YO ROBOT?
¿Cuantos años transcurrieron desde antes de la creación del hombre? ¿Cientos, miles? La Biblia no lo dice, pero si nos dice que hubo un momento en la eternidad en que seres superiores al hombre (arcángeles, serafines, querubines y ángeles) fueron creados y que andando el tiempo, el Dios Todopoderoso quiso probar su libre albedrío o voluntad propia, ya que Él es enemigo de seres robots.
Uno de ellos, un querubín muy especial y de la mas alta jerarquía, fue el instrumento voluntario de esa prueba, se rebeló contra su creador junto a millones de ángeles, trayendo consigo, con el correr del tiempo, el castigo y con ello se introdujo lo que hoy llamamos el problema del sufrimiento que tan bien explica C. S. Lewis en su libro "El problema del dolor", personalmente pienso que es la explicación mas acertada que se haya escrito hasta hoy, pues su fundamento es firme y esta basado en la Biblia.
EL PORQUE DEL SUFRIMIENTO
La ciencia médica nos dice que las terminaciones nerviosas de nuestro cuerpo son esenciales para la seguridad del mismo, ya que a través del dolor podemos darnos cuenta del daño que podamos sufrir en nuestros miembros, es decir, si no existiese la sensación del dolor, podríamos, sin darnos cuenta, perder una mano o una pierna.

Esto solo a nivel humano, ya que hay especies o seres inferiores con una sensibilidad superior y que no podrían de ninguna manera recuperar miembros perdidos, por lo tanto esa sensibilidad es una muy positiva reacción antes del accidente.

Esto, por supuesto, no justifica ni explica el problema sino solo destaca la previsión divina ante el sufrimiento y como evitarlo.
Voy a exponer 2 conceptos que son la respuesta bíblica al problema del dolor.

Nadie mejor que el Señor Jesucristo supo, en carne propia como hombre, lo que es el dolor, es decir, Dios mismo experimentó personalmente este flagelo tan temido. Es por ello que comprende y entiende mejor que nadie nuestro dolor, la agonía de una naturaleza sufriente, incluyendo los animales, y especialmente el dolor que usted, estimado amigo/a, esta, quizás, ahora mismo experimentando.

Cuando Jesucristo dijo: "El que cree en el Hijo tiene vida eterna, más el que no cree será condenado" y en Apocalipsis 21 se nos dice que: "El que no se hallo inscrito en el Libro de la Vida, fue lanzado al lago de fuego", ahí entonces comenzamos a entender el porque Dios ha permitido, en esta vida, el sufrimiento, es simplemente para advertirnos mediante el dolor de que existe algo más horrendo y espantoso, algo que esta más allá de la comprensión humana y que de no arreglar nuestras vidas, de acuerdo a los mandamientos de Dios descritos en su Santa Palabra, terminaremos frente a un sufrimiento inimaginable y eterno del que no habrá consuelo ni esperanza de escapar de él, en muchos versículos el Señor Jesucristo nos advierte de la condenación del infierno y de un lugar donde el fuego nunca se apaga.

Por lo tanto, si lo miramos desde un punto de vista teológico, el sufrimiento es una advertencia, en esta vida, para enderezar nuestras vidas, ahora el libre albedrío que posee el hombre, es un arma de doble filo, ya que si siembra sufrimiento cosechará sufrimiento, sino en esta vida, será en la otra, pues no escapará de dar cuenta de todos sus actos frente a Dios Su Creador.

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